jueves 04 de diciembre 2025
#Elementos activos en actos anticipados y desesperados de #campaña en horario de trabajo
#CruzPerezCuellar los niega como Pedro a Jesús
Los políticos se creen gallos finos… pero nomás andan desplumados.
Y para prueba, ahí tienen a Marco “Quezada”, un personaje que, por lo visto, ya no quiere ser candidato:
quiere ser candidato tres veces por semana.
La ambición la trae tan desbordada que hasta sus tres o cuatro chícharos de confianza se le arriman para el futuro fracaso.
Dicen las malas lenguas —y las buenas también— que Quezada anda tan desesperado por “mostrar el músculo” que lo único que termina mostrando es el esqueleto político, porque músculo ya no hay… ni habrá, ya que muchos elementos que antes lo apreciaban terminaron por ver la ambición de poder que carga.
Y eso que, como empresario y ganadero, podría hacer muchas cosas desde su trinchera sin necesidad de estos numeritos.
Pero tan urgidos andan, y adelantados que se fue a reunir a la colonia Villa Nueva con un montoncito de exagentes, todos bien “honorables”…
Ya te imaginarás:
los que salieron de la corporación por “malas conductas”, “malos modos” y “peores costumbres”.
Puro talento de exportación.
Entre ese grupito también apareció una elemento de Bomberos activa, de nombre Sandra Durán esa que siempre decía haber sido víctima… pero resulta que es más violentadora con sus propias compañeras mujeres.
Puras joyitas, pues.
Y aquí viene lo bueno, la pregunta que muchos se hacen:
¿Por qué atacar a sus compañeras y a su propio jefe, Marco Bonilla, Gilberto Loya y hasta a la gobernadora?
Porque, aunque es cierto que cada quien puede tener su propia ideología, eso lo hacen en horario laboral, y esos mismos activos lo hagan de forma tan indisciplinada, filtrando información confidencial con esto mostrando su hambre y su frustración, deshonrando y así hacer quedar mal a sus jefes evidenciando su nula subordinación y deshonrando la corporación a la que pertenecen y violentando el reglamento interno de la Dirección de Seguridad Pública y de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal.
En ese mismo grupo apareció un policía estatal activo de nombre Borunda Ochoa, así como Jonathan Rodríguez Q., custodio del Sistema Penitenciario.
Las reuniones, según cuentan, se arman en una granja toda triste en Villa Nueva, donde no hay propuestas, no hay ideas…
ni un cafecito.
Puro discurso rancio y un pan imaginario que nunca llegó.
Dicen que hasta andan llamando a policías jubilados, para levantar el evento pero el músculo no se vio.
Y los jubilados, menos: no quieren saber de ellos.
Ah, pero no podía faltar Javier Torres,
que en esta historia anda “comiéndose el becerro antes de nacer”, ya diciéndole al grupito que cuando Cruz Pérez Cuéllar gane,
él será el próximo Gilberto Loya,
y que regresará a todos sus cuates, incluidos los que salieron por extorsiones, broncas y escándalos.
¡No pos guau!
Al final, lo único que se vio en esa reunión fue decadencia, ambición y frustración.
Un grupo chiquito, ruidoso, hambriento…
y sin ni un pan dulce pa’ acompañar el fracaso.